El método terapéutico básico del psicoanálisis clásico se fundamenta en tres procesos fundamentales: (1) la asociación libre, (2) el análisis de los fenómenos de transferencia/contratransferencia y (3) el análisis de la resistencia. Junto a estos procesos se establecen unas reglas de trabajo para el paciente (la asociación libre) y el terapeuta (abstinencia y atención flotante).
La terapia intenta corregir las condiciones de valoración externa y proporcionar la oportunidad de vivenciar las experiencias y sentimientos internos negados y reprimidos, de modo que aumente la congruencia del sujeto, entre su auto-concepto, que cambiará y su experiencia que se hará más consciente. El enfoque Rogeriano propone tres estrategias básicas para lograr las anteriores metas : (1) La resonancia empática del terapeuta hacia la experiencia del cliente, (2) La consideración positiva incondicional del terapeuta hacia la persona del cliente y (3) La congruencia interna del terapeuta con sus sentimientos vividos en la relación de terapia.
Por Ejemplo: Se toma el caso de un paciente que se presenta como depresivo, que se identifica como tal. El terapeuta buscará cambiar la manera como el paciente percibe el mundo transmitiéndole los valores que él juzga necesarios para funcionar en el mundo de hoy. Es decir, el terapeuta se ofrece a sí mismo como un modelo de identificación y no toma en consideración la causa del malestar y, vía la sugestión, superpone una manera nueva de ser en el mundo.
Paciente que acude a terapia
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